Escuela de Negocios EENI Business School

ÁFRICA: Crecimiento económico - Algo está cambiando

Lo positivo: algo está cambiando en África

Hoy se están dando una serie de condiciones que nunca antes se habían dado en África que pueden permitir el despegue de la economía africana:

- Crecimiento económico.
El «Informe sobre desarrollo en África», 2004 de las Naciones Unidas mostraba que el continente había experimentando un crecimiento medio del 3,7% en 2003, ligeramente mayor que el 3,2% de crecimiento global. El número de países africanos que experimentaron un crecimiento superior al 5% creció de 13 en 1999 a 21 en 2001 y 18 en 2003. Las magnitudes macro-económicas están también mejorando. La tasa media de inflación fue de sólo un 5,6% con cuarenta países con tasas de inflación de un solo dígito. Las inversiones privadas en infraestructuras (fibra óptica...) están creciendo en los países como Kenia, Mozambique, Senegal o Nigeria.

En 2006, África subsahariana experimentó por tercer año consecutivo de crecimiento (más del 5%) en 2006 y el Fondo Monetario internacional (FMI) espera que en 2007, el crecimiento ascienda a 6% Cerca de. La región se está acercando a un crecimiento del 7% anual, tasa necesaria para lograr el objetivo del milenio de reducir a la mitad la pobreza extrema para 2015.

Hacía la integración regional.
La iniciativa continental más importante, ha sido la transformación de la Organización para la unidad africana en la Unión Africana (African Union), buscando encontrar un modelo propio de desarrollo. A nivel regional vemos la potenciación de acuerdos de integración (Ecowas, Comunidad de Desarrollo de África Austral...) y a nivel nacional observamos que muchos países están introduciendo reformas importantes.

- África toma la iniciativa
Los africanos son conscientes que necesitan un modelo propio de desarrollo, un modelo pensado, diseñado y liderado por ellos, sin la injerencia de Occidente (pero con su colaboración). Así nace el AUDA-Agencia de Desarrollo de la Unión Africana (AUDA-NEPAD) que define una visión y un marco político para el desarrollo de África. Busca también una nueva relación más abierta y democrática con los países desarrollados y las instituciones multilaterales. El NEPAD se basa en los valores y los objetivos del Milenio de las Naciones Unidas (democracia, derechos humanos, género, educación, erradicación de la pobreza...) pero sinergiándolos con los valores africanos. El AUDA-NEPAD es el sucesor del Plan de Lagos y del tratado Abuja

- Sudáfrica y Nigeria
La transición de Sudáfrica desde el apartheid a un modelo democrático y la restauración de la democracia en Nigeria han sido dos hechos fundamentales. Las dos economías más importantes de África son ahora democráticas y pueden ser el motor del cambio.

- Hacia la democratización
Muchas de la dictaduras y regímenes militares africanos, que tan negativos fueron tanto para el propio país como para cualquier proceso de integración, ya no existen. Los propios africanos e incluso la comunidad internacional son cada vez más reticentes y menos tolerantes ante los regímenes militares o dictatoriales.
La guerra fría se vivió intensamente en África: Angola o Congo son dos ejemplos por todos conocidos. Ello propició una división entre países «socialistas» y «no socialistas», que impedía lograr cualquier avance en el proceso de integración africana. Esta diferencia ya no existe, casi todos los países africanos presentan economías de libre mercado y con sistemas democráticos cada vez más avanzados (ocho países en 1989, cuarenta y dos en 2003). Aunque también es cierto, que muchas democracias tienen graves problemas, como hemos podido ver recientemente en Togo o en Costa de Marfil.

- La sociedad civil.
La sociedad civil africana empieza a desarrollarse y a ser cada vez más fuerte. Una incipiente clase media puede aparecer en poco tiempo. Observamos muchos licenciados que apuestan por sus países y crean proyectos empresariales locales. Cada vez hay más usuarios de Internet, aunque los precios puedan ser desorbitados. Las nuevas tecnologías permiten interconectar a los africanos y abrirles una ventana al mundo.

Menos ayudas y más comercio
Uno de los principales obstáculos técnicos al comercio con que se encuentran son las barreras (arancelarias y no arancelarias) y las subvenciones de los países de la OCDE. Una de las principales ventajas comparativas de África es la agricultura, pero los cerca de 325 mil millones de dólares que los países de la OCDE se gastan en subvenciones a la agricultura hacen que pierdan gran parte de esta ventaja. Esta Ingente cantidad es más o menos equivalente al PIB de todos los países africanos. Se estima que produce unas pérdidas anuales de 250 millones de dólares a los productores de algodón de África del Oeste. Tanto en África como en Europa muchos ciudadanos, Organizaciones No Gubernamentales, etc. quieren cambiar esta situación. El consumidor europeo se da cuenta que las subvenciones europeas no inciden en los precios finales y que además hunden las pequeñas y medianas empresas africanas. Este cambio de consciencia en Occidente puede resultar muy importante.

La inversión en África: Retos por delante

Por Supachai Panitchpakdi, Secretario General de la Conferencia sobre Comercio y Desarrollo
Fórum de comercio internacional - No. 1/2007

Lograr que la inversión propicie el desarrollo a largo plazo es un reto que se plantea tanto a los países ricos en recursos como a los de escasos ingresos.

En África, la inversión extranjera directa (IED) se ha disparado en los doce últimos meses con una afluencia sin precedente de dólares 38.800 millones en 2006, es decir, un aumento 26,5% y, todo hace suponer que esta renovación continuará. África tiene ante sí el reto de aprovechar esta oportunidad para impulsar las capacidades productivas nacionales y fomentar un mayor desarrollo humano y económico a largo plazo.

La inversión extranjera directa debería utilizarse para crear cuantos vínculos virtuosos sea posible con la economía nacional estimulando el desarrollo de infraestructuras y la transferencia de competencias y facilitando la generación de empresas y empleo nacional, además de ganar ingresos por exportaciones.


Inversión procedente del Sur
Ese aumento de la IED sugiere que África ocupa una nueva posición, pero la parte de este continente en los flujos globales sigue siendo baja y la distribución desigual ya que diez países reciben casi 90% del total. Es más, la inversión extranjera se concentró en minerales, petróleo, gas y otros productos básicos y sólo una pequeña proporción se destinó a otras actividades con alto coeficiente de mano de obra donde también es preciso invertir.

Las fuentes clave de afluencia son cada vez más diversas y aumenta la inversión procedente del Sur, liderada por la China, India, Corea del Sur, Malasia y Taiwán (Provincia de China). Todo ello, junto al enorme crecimiento del comercio exterior entre Asia y África, puede redundar en beneficio de África si esas tendencias le permiten desarrollar la infraestructura que tanto necesita y diversificar sus opciones.


Servicios sorprendentes
Aparte del auge de los productos básicos, que atrae al grueso de la IED, los flujos restantes se abren camino hacia un conjunto de ramas de actividad. Los países africanos están disfrutando de los aumentos de la IED en sectores como telecomunicaciones, banca y el turismo, pero en otros sectores, África no lo está pasando tan bien.

En algunos países, la industria textil se derrumbó tras expirar el Acuerdo Multifibras de la Organización Mundial del Comercio a finales de 2004, lo que en gran medida puso fin a las ventajas que suponían los cupos para los países africanos. Esta experiencia demuestra la necesidad que tiene África de reforzar los vínculos entre sus capacidades nacionales de inversión y producción para crear fuentes de ventajas comparativas y competitivas a largo plazo, junto con el aporte que pueda proceder de las preferencias comerciales y la IED.


Hay que evitar el «tirón a la baja»
Entre otras directrices sobre el enfoque equilibrado de la inversión extranjera figura la de evitar aspectos negativos de la competencia intrarregional tales como, incentivos excesivos que puedan traer aparejado un «tirón a la baja». Los Incentivos pueden ser útiles en algunos casos, pero se pueden obtener mayores beneficios mediante la armonización y la coordinación de las pertinentes políticas nacionales a fin de crear una potente sinergia regional.

África también necesita marcos políticos que refuercen la infraestructura nacional y regional en sectores como el transporte, la energía y los servicios de comunicación y que generen empleo y transferencia de competencias. Dichas políticas ayudarían a catalizar tanto la inversión nacional como la extranjera y darían mayor sostenibilidad a esa inversión a largo plazo.

La «paradoja de la abundancia»

La actual explosión de precios de los productos básicos ofrece oportunidades prometedoras a los gobiernos africanos de invertir sus beneficios imprevistos en crecimiento a largo plazo, diversificación, financiación de inversión nacional y reducción de la pobreza. En la edición de este año del informe World Investment Report se examina cómo evitan los países en desarrollo la proverbial maldición de los recursos o «paradoja de la abundancia». Se publicará en septiembre de 2007 y se centrará en la función de la IED en las Industrias de extracción.

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